Desde el dedo pardo de la maranta
En la cocina:
El último susurro de café
Tres granos de dolor desgajándose en el suelo
El aleteo de una mosca sobre las cajas deshechas
Ni siquiera un verbo que me obligue a abandonar el sillón
Y detrás de la ventana, contemplar
El desfile fúnebre de otro vecino
Mi retrato desde la pared
Junto a unos días acaso jamás vividos
En el escritorio:
Tarea acumulada
Deudas con la vida y con la muerte
Llamadas por responder
Besos que dar
La vida chorreando desde una mano vegetal
La última taza de algo levemente dulce
La mosca sobrevolándome:
El presagio
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