nos hallamos entre la maleza
cuando me adentré en el bosque
su canto era como el que escuchó Odiseo
atado con el hilo de la prudencia
una ninfa de los eucaliptos
bordada en la hierba
se asustó y plegó sus
alas entre la cucarda
trastocó su melodía
en el cascabel de la víbora
pero di dos pasos y ella pudo contemplar mi
humildad inerme:
solo tengo el verbo le dije
y vi sus ojos su piel como la luna temprana
los pequeños botones de sus
pechos donde picoteaba el quinde
vi sus pies acostumbrados al viento
desciende dije y le tendí mi mano
ven rogué y ella sonrió
<<muéstrame oh forastero lo desconocido
apuñálame con una nueva palabra>>
muchas veces he dicho <<carne>>
otras tantas he dicho <<lecho>>
pero esta vez precedió el trueno
a mi voz que cayó como semilla sobre
el campo cuando la lluvia anunciada
goteó desde las ramas hacia sus mejillas
el frío endureció sus muslos
y cayó rendida a los pies del árbol
no pude sostenerla
era como sostener una culpa
apenas con la yema de mi amor
rocé sus mejillas
<<oh forastero bebe sobre mi vientre
ya que el cielo precipita la vida
y solo queda el olvido>>
emergió de entre el heno una tropa
de gusanos que procedió a devorarla
como a un durazno
nada quedó del mito
tan solo un hombre emergiendo del descampado
y retornando a la calle bifurcada
cuando me adentré en el bosque
su canto era como el que escuchó Odiseo
atado con el hilo de la prudencia
una ninfa de los eucaliptos
bordada en la hierba
se asustó y plegó sus
alas entre la cucarda
trastocó su melodía
en el cascabel de la víbora
pero di dos pasos y ella pudo contemplar mi
humildad inerme:
solo tengo el verbo le dije
y vi sus ojos su piel como la luna temprana
los pequeños botones de sus
pechos donde picoteaba el quinde
vi sus pies acostumbrados al viento
desciende dije y le tendí mi mano
ven rogué y ella sonrió
<<muéstrame oh forastero lo desconocido
apuñálame con una nueva palabra>>
muchas veces he dicho <<carne>>
otras tantas he dicho <<lecho>>
pero esta vez precedió el trueno
a mi voz que cayó como semilla sobre
el campo cuando la lluvia anunciada
goteó desde las ramas hacia sus mejillas
el frío endureció sus muslos
y cayó rendida a los pies del árbol
no pude sostenerla
era como sostener una culpa
apenas con la yema de mi amor
rocé sus mejillas
<<oh forastero bebe sobre mi vientre
ya que el cielo precipita la vida
y solo queda el olvido>>
emergió de entre el heno una tropa
de gusanos que procedió a devorarla
como a un durazno
nada quedó del mito
tan solo un hombre emergiendo del descampado
y retornando a la calle bifurcada