viernes, 1 de mayo de 2020

SÚPLICA


¿Qué encontraste, oh muchacho, 
en los campos de Castilla?
¿Qué en los libros de tus antecesores?
Pues yo los desbarato como polilla
y solo pierdo los dientes.
¿Qué en aquella muchacha
o aquel apuesto caballero?
Pues bellos como torres de nubes,
pues insidiosas como vicio,
he visto multiplicarse en mis calles.
Dime tu secreto, porque yo ya saboreé
el brebaje de la angustia
y como todo humano 
sentí el filo de la tristeza
sobre mis venas.
¿Dónde está el milagro del santito,
recuerdo de un cerezo
que adoraba la gente antes de que naciera dios?
Dime cómo logro
y a través de qué mirada
acariciar la estela
de alguna poesía.

domingo, 12 de abril de 2020

EL EXTRA


Primero lo arrincona contra las máquinas, después aprieta su cuello hasta que el retorcido cuerpo pierde el color; finalmente, le saca las vísceras con un puñal.

Recuerdo que cuando era niño me traumé con ésta, la primera escena de la película Sarge Billy, donde el misterioso Stink comienza una serie de asesinatos absurdos.
Yo siempre esperaba a papá con ansias y lo recibía apretándome contra sus rodillas. Mamá tenía caliente la merienda y lo besaba en la puerta.  Por eso, una de las cosas que más me atormentaba era pensar qué ocurrió cuando el infeliz no llegó a su hogar.

Solo hoy, después de veinte y tantos años, he encontrado satisfacción.

Al pasar por la avenida Madrid, llena de gente que se perdía como olas en el mar, lo he reconocido. Cruzaba un estacionamiento y entraba a un almacén.
Era él. Viejo, pero con esa irrepetible nariz aguileña y ojos melancólicos.
Lo miré tomar unos cigarrillos y dirigirse a la caja. Más tarde, seguí su estela de nicotina durante seis cuadras, hasta un edificio de multifamiliares. Saludó con la portera y se perdió en el ascensor.
En el trabajo me volvieron a regañar; esta vez por llegar tarde. Pero eso ya no importaba; por fin comprendí que la realidad es el caño amable de la ficción.

DE CUANDO TODOMEO SABOREÓ EL PODER

       Tomaría una novela explicar cómo llegó Todomeo a ocupar el trono de la nación. Por ahora, basta decir que lo acompañó la ...