domingo, 12 de abril de 2020

EL EXTRA


Primero lo arrincona contra las máquinas, después aprieta su cuello hasta que el retorcido cuerpo pierde el color; finalmente, le saca las vísceras con un puñal.

Recuerdo que cuando era niño me traumé con ésta, la primera escena de la película Sarge Billy, donde el misterioso Stink comienza una serie de asesinatos absurdos.
Yo siempre esperaba a papá con ansias y lo recibía apretándome contra sus rodillas. Mamá tenía caliente la merienda y lo besaba en la puerta.  Por eso, una de las cosas que más me atormentaba era pensar qué ocurrió cuando el infeliz no llegó a su hogar.

Solo hoy, después de veinte y tantos años, he encontrado satisfacción.

Al pasar por la avenida Madrid, llena de gente que se perdía como olas en el mar, lo he reconocido. Cruzaba un estacionamiento y entraba a un almacén.
Era él. Viejo, pero con esa irrepetible nariz aguileña y ojos melancólicos.
Lo miré tomar unos cigarrillos y dirigirse a la caja. Más tarde, seguí su estela de nicotina durante seis cuadras, hasta un edificio de multifamiliares. Saludó con la portera y se perdió en el ascensor.
En el trabajo me volvieron a regañar; esta vez por llegar tarde. Pero eso ya no importaba; por fin comprendí que la realidad es el caño amable de la ficción.

miércoles, 8 de abril de 2020

ROSA


Rosa dice el tatuaje
y se me antoja acariciar sus pétalos
viciados de sol y betún
llevarla hasta mi ventana
verla erguida desde la calle
pero siempre está de rodillas
como un santito de barro
espectro del mediodía
cuando me ve a lo lejos
levanta apenas la corola
dice que sueña conmigo
tengo por descontado
que hoy estará ahí
por eso me pregunto
ahora que los elegidos
nos hemos confinado
de la peste devoradora de jardines
¿qué hará cuando ya a nadie
importan los iconos?

algo que está más allá
de la misma tristeza
me ha borrado su camino

DE CUANDO TODOMEO SABOREÓ EL PODER

       Tomaría una novela explicar cómo llegó Todomeo a ocupar el trono de la nación. Por ahora, basta decir que lo acompañó la ...