lunes, 16 de enero de 2017

EL MITO

nos hallamos entre la maleza

cuando me adentré en el bosque

su canto era como el que escuchó Odiseo

atado con el hilo de la prudencia

una ninfa de los eucaliptos

bordada en la hierba

se asustó y plegó sus

alas entre la cucarda

trastocó su melodía

en el cascabel de la víbora

pero di dos pasos y ella pudo contemplar mi

humildad inerme:

solo tengo el verbo le dije

y vi sus ojos su piel como la luna temprana

los pequeños botones de sus

pechos donde picoteaba el quinde

vi sus pies acostumbrados al viento

desciende dije y le tendí mi mano

ven rogué y ella sonrió

<<muéstrame oh forastero lo desconocido

apuñálame con una nueva palabra>>

muchas veces he dicho <<carne>>

otras tantas he dicho <<lecho>>

pero esta vez precedió el trueno

a mi voz que cayó como semilla sobre

el campo cuando la lluvia anunciada

goteó desde las ramas hacia sus mejillas

el frío endureció sus muslos

y cayó rendida a los pies del árbol

no pude sostenerla

era como sostener una culpa

apenas con la yema de mi amor

rocé sus mejillas

<<oh forastero bebe sobre mi vientre

ya que el cielo precipita la vida

y solo queda el olvido>>

emergió de entre el heno una tropa

de gusanos que procedió a devorarla

como a un durazno

nada quedó del mito

tan solo un hombre emergiendo del descampado

y retornando a la calle bifurcada

DE CUANDO TODOMEO SABOREÓ EL PODER

       Tomaría una novela explicar cómo llegó Todomeo a ocupar el trono de la nación. Por ahora, basta decir que lo acompañó la ...