Dijeron que mi niño estaba grave. Al inició no lo podíamos creer. Un chequeo de rutina que abrió un telón donde por tres años hemos visto bailar al diablo. Le hicimos todos los exámenes, descartamos con metodología científica cada uno de los posibles tratamientos. Una enfermedad atroz. De golpe, el niño enflaqueció, su carita antes rozagante, se convirtió en un mal presagio. Su padre perdió el sueño y con el tiempo empezó a beber. Tuve que vender y empeñar todo, para poder pagar los analgésicos que requería mi niño. No había nada que se pudiera hacer. Un día, con lágrimas en los ojos, decidimos que sería el fin. No quedaba una sola cápsula, intenté mezclar el resto de jarabe con unas gotas de agua que nunca salieron del grifo. Tomé a mi niño en brazos y lo mecí al ritmo de su llanto. Lo arrullé contra mi pecho, mientras su padre retozaba en el suelo inconsciente. Lo besé a través de sus espasmos. Fue como un milagro, en un momento determinado, mi niño dejó de llorar y se quedó dormido, tan profundo que ni mis quejas al cielo lo despertaron. Pasaron quizá cinco horas. Su padre se incorporó y con sus brazos, con su calor olvidado, nos cobijó. El diablo se fue a dormir y el telón se cerró. Así fue como una mañana, mi niño ya caminaba por la casa e intentaba pronunciar el nombre de su padre, quien consiguió un empleo en la biblioteca municipal. Yo cocinaba mellocos mientras lo veía reponerse. Poco a poco íbamos recuperando el pasado y conquistando un hogar feliz. Pero resulta que, cuando pudimos asistir con mi niño a una nueva consulta, el médico exaltado nos dijo: <<Son unos irresponsables. ¿Por qué le han quitado la medicina? ¿Qué no ven que está grave?>>
viernes, 7 de octubre de 2016
jueves, 6 de octubre de 2016
EL VERSO PERFECTO
I
<<el oso y la miel>>
armonía ritmo
significación
motor catártico
fantasma revelación
condición humana
existencia amor
muerte
<<el oso>> en el
canal seis
II
<<ella ahí>>
tú la otredad
las relaciones de poder
sexo cabelleras calaveras
pies y pisadas
recetas gastronómicas
el autobús
la tristeza
<<ella>> expulsada
del Edén
lunes, 19 de septiembre de 2016
POBRE JUAN
pobre Juan que olvida
la voz que en 1985 dijo:
<<el cielo se encendió>>
pobre Juan que olvida
el sabor de la sopa
de la calle García Moreno
donde aguardan las palomas
pobre Juan que olvida
el rin-rin el tubo colgado
la cama inerme el sueño
la espera de aquella mujer
pobre Juan que olvida
la loteria la flor y confía
en el color la mirada oblicua
pobre Juan que olvida
la palabra Juan
entre la maleza
más allá más acá
y olvida el fin
pobre Juan de todos los dioses
pobre Juan de todas las muertes
pobre Juan:
<<ese beso ocurrirá
por siempre pobre Juan>>
deberá
ocurrir
la voz que en 1985 dijo:
<<el cielo se encendió>>
pobre Juan que olvida
el sabor de la sopa
de la calle García Moreno
donde aguardan las palomas
pobre Juan que olvida
el rin-rin el tubo colgado
la cama inerme el sueño
la espera de aquella mujer
pobre Juan que olvida
la loteria la flor y confía
en el color la mirada oblicua
pobre Juan que olvida
la palabra Juan
entre la maleza
más allá más acá
y olvida el fin
pobre Juan de todos los dioses
pobre Juan de todas las muertes
pobre Juan:
<<ese beso ocurrirá
por siempre pobre Juan>>
deberá
ocurrir
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