viernes, 22 de enero de 2016

EL POSTRE PREFERIDO DE DIOS

y podría ser que jamás vuelva a beber vino
que la noche se extienda sobre mis huesos
dejando la ebriedad del sueño suspendida en el aire



pero más atroz es que nunca aparezca
tu sombra tras la puerta



también podría ser que el gusano abra grietas
en mi memoria y olvide los colores del tablero
el movimiento oblicuo la terquedad
el sentido oscuro y tierno del poema


pero más atroz es que nunca tu incienso y mirra
franquee el peregrinar de mil noches



llegará acaso el instante en que esté lejos el río
la corriente calle
el agua no acaricie
llevándose el reflejo de las cosas
no me salve ni su sabor mineral
ni el vapor que trajera consigo mi rastro



pero más atroz es tu no-silencio tus no-palabras
tu no-recorrido hasta el sillón
donde no-contemples mi cuerpo
tu no-sonrisa que despeje el camino hacia tu no-hombro
la no-crema de vainilla estrellada en el piso
mi carcajada por la casa



talvez un día mi madre sea la madre del silencio
y con ella esté mi nombre como un eco
y en mi grito mis labios
y en mis labios mis huesos
y en mis huesos el hilo la aguja y el dedal
como una flor que no existe



pero más le temo a que nunca puedan mi dedos
como tijeras cortar camino desde tu cintura
quitar la hiedra arrancar la roca
coronar tus montañas rellenar tus labios
arrancar avemarías golpes de pecho
acuclillarte invocar al santo
santificarte



frente a la fontana di Trevi charlarán dos hombres
hablarán de mí pronunciarán mi nombre
señalando el cielo devorarán mi oreja derecha
sonreirán con mis palabras
uno de ellos se rascará mi cabello
evadirán el punto final con un guiño
y se alejarán



pero a pesar de todo lo más atroz es que un día
no apoyes tus pechos en mi lecho
prodigando el aire que contiene a mis palabras
exhalando el corazón el lirio el fuego
tus glúteos como gelatina de fresa
el amor lechoso endulzando tus entrañas
como el postre preferido de dios

lunes, 18 de enero de 2016

En el futuro, Arturo podrá hacer lo que le plazca. Por ejemplo, si requiere asesinar a su padre, deberá pagar ciento veinte créditos, utilizará un arma blanca y lo apuñalará en la cabeza. Podrá ser mujer y sentir quince orgasmos consecutivos en el muelle de Britania. Incluso, si así lo desea, tendrá un empleo decente: corrector de píxeles o moldeador de armas de segundo grado, revendedor de comodines o comerciante de pornografía. Olvidará por completo el mundo real y vivirá en la aldea de RX para siempre, o hasta que pueda recolectar los créditos necesarios y comprar una plataforma en el océano.

Llegará el día en que Arturo, vestido con la primera chaqueta que se le acreditó, recorrerá las callejuelas y se alejará de casa. Tal y cual lo hicieron su padre y la hermana mayor de Bolívar. Después de caminar diez días, se embarcará a través del río Mun y llegará a la isla RIT. Quizá encuentre rostros familiares, pero de seguro ocupará un puesto modesto en una de las catacumbas talladas en la arena. Fijará su mirada en un charco, donde habitará cien años. Hasta que logre decodificar una palabra y retorne, por la misma ruta, ahora poblada de edificios sobre el mar, hacia RX. 

Todos pasarán por este peregrinar, del que se recuperarán paulatinamente para, de nuevo, dirigir las riendas de su vida. Arturo encontrará a su padre en la habitación, haciendo el amor con Greta Garbo. Tendrán una conversación larga mientras devoran un plato de gluten applet.

-Creí que habías salido en búsqueda de enseres. 

-Viví un siglo en el purgatorio. 

-Eso significa que eres libre. 

-Pásame la sal. 

-¿Extrañarás en algo lo real? 

-¿Tú lo extrañas? 

-Solo cuando debo dormir. Tu viejo padre dejó codificado absolutamente todo, menos la capacidad de soñar.

DE CUANDO TODOMEO SABOREÓ EL PODER

       Tomaría una novela explicar cómo llegó Todomeo a ocupar el trono de la nación. Por ahora, basta decir que lo acompañó la ...